Convivencia intercultural
01. Azur y Asmar
| Título | Azur y Asmar |
|---|---|
| Trailer | Mira el tráiler de ‘Azur y Asmar’ |
| Año | 2006 |
| Duración | 99 minutos |
| País | Francia |
| Dirección | Michel Ocelot |
| Género | Animación |
Sinopsis
Los niños Azur y Asmar – el primero, blanco, rubio y con los ojos azules; el segundo, moreno y de ojos oscuros – han sido criados como hermanos, aunque uno sea el hijo de la nodriza y el otro de un noble señor. Un día sus caminos se separan. Años más tarde se volverán a encontrar enredados en la misma aventura. Competirán para encontrar la legendaria hada de la que les hablaba su nodriza.
¿Por qué elegimos ‘Azur y Asmar’?
Con una técnica impecable de animación de gran belleza, Ocelot nos traslada a la mezquita de Estambul, la Alhambra de Granada, los zocos de aldeas del norte de África. Su objetivo es que nos maravillemos y disfrutemos de la riqueza cultural. Nos acerca a la necesidad de valorar la diversidad no sólo como moraleja, sino además como enriquecimiento personal. Se ve y se saborea con imágenes exquisitas y cuidadas al detalle. El equilibrio en la sucesión de las imágenes; el color perfectamente diseñado y los diálogos medidos y cuidados distancian esta película de los productos cinematográficos infantiles más comerciales y agitados.
La historia de Azur y Asmar supera los hábitos que nos impiden el encuentro con quienes consideramos diferentes. Nos habla de lo que nos une, más que de lo que nos separa. La solidaridad y la convivencia son las rutas que propone Ocelot para reconstruir las relaciones rotas por la indiferencia y los prejuicios. El marco geográfico y social es la relación entre Oriente (Asmar, moreno, hijo de la nodriza y luego convertido en príncipe) y Occidente (Azur, rubio, hijo de familia noble que pierde su riqueza). Con su película, Ocelot tiende un puente entre dos culturas a las que solo se ve como enfrentadas, cuando la historia nos muestra épocas de acuerdo y enseñanza mutua. Ahora que muchos intereses y extremismos buscan el enfrentamiento, es necesario y posible reclamar el entendimiento.